(Cuando me recupere, contaré algo más del concierto xD)
Ea, ya me he recuperao xD
Como soy perra hasta decir basta, voy a hacer un copypaste de buen rollo al artículo de El País ^^U
Celebración del cuerpo
Beyoncé convoca a un alto número de famosos en su concierto de Madrid y entusiasma a los asistentes con su poderoso despliegue
Ooohhh... sí, poderoso despliegue ^^
La primera ovación en el concierto de Beyoncé -el primero en solitario en España- no fue para ella. Se la llevó Boris Izaguirre. Y no extrañó a nadie en medio de la coreografía que presidió la actuación. Convertido el Palacio de los Deportes en plató televisivo, pasarela de moda y valla publicitaria a partes iguales, el público elevaba los móviles tratando de inmortalizar a alguno de los múltiples famosos que aparecían en el atestado palco VIP. Había razones sobradas para tanto famoseo. Por un lado el gancho de la artista estadounidense. Por otro, el reclamo comercial asociado al concierto. Anoche Beyoncé no sólo presentaba su segundo disco en solitario, BDay. También anunciaba al mundo su alianza con el diseñador Giorgio Armani, a quien prestará su imagen para promocionar una nueva fragancia, Emporio Armani Diamonds, que se pondrá a la venta en septiembre.
Yo no me enteré nada de esto. Llegamos al concierto in extremis, aparqué en uno de esos parkings familiares en los que se deja la llave, aprovechando hasta el último segundo, sujetando la manita de mi pobre nofia, que estaba con mareos (para despejar dudas no, no la he dejado embarazada ¬¬), y yo con un dolor de cabeza in crescendo con la presión de llegar tarde.
Una vez en el concierto, los de Europa FM nos dieron un bolso muy cuco (que además era gratis, y ya sabéis cómo reacciono con las cosas que son gratis, que quiero másssss) justo antes de que mi nofia, recuperada de los mareos con la emoción del momento, tiró de mí para ir a la pista. Ya en la pista, las cuatro (seddy, lazy jane, servidora y mi nofia) intentamos, sin éxito, encontrar un rinconcito desde el que poder ver medianamente el escenario. Estaban actuando "Al natural", un trío de bailaores flamencos, aunque terminaron a los dos minutos de llegar nosotras. Después de un rato, salió una tía con un teclado que hablaba inglés, ante la locura de la peña. Resultó que era Kelly Rowland (de esto me enteré después porque además de ser un gnomo estoy cegata). Cantó genial, y cuando terminó su labor de telonera, se encendieron las luces como en el cine, cuando terminan los trailers. Aunque aquí tardaron tela en volver a hacer algo. Después de un buen rato, cuando ya iba a empezar el concierto, es verdad que hubo gente que gritaba y mirando al palco VIP. Nosotras miramos, pero no vimos nada. Y seguimos mirando, como si fuese un accidente de tren, pero seguimos sin ver nada. Además, que era mucho (mucho) más interesante ver en las pantallas (benditas pantallas) vidrios musicales y anuncios en los que salía Beyoncé et al.
Pero toda cuestión publicitaria quedó aparcada poco después cuando Beyoncé emergió de las profundidades del escenario. Nadie podrá acusar a la cantante estadounidense de no sudar la camiseta. Bueno, la lentejuela. Desde el momento en que se arrancó la larga falda de su vestido de noche para convertirlo en un escueto corpiño metálico (ARRRRRRR), saltó, brincó y exhibió poderío, a golpe de cadera y de melena. Empezó con "Crazy in love", el que fuera su primer éxito en solitario tras aparcar a Destiny's Child, uno de los grupos femeninos más vendedores de la historia, y la combinó con otro "Crazy" famoso, pero ajeno, el de Gnals Barkley.
Salió Beyoncé al escenario (y no lo hizo colgando del techo como en el tour de Crazy in love - cawen), y yo me di cuenta de lo increíblemente enana que soy, o de lo que ha mejorado la raza: la media andaba por el metro-ochenta a dos metros. Así que yo con mi metrimedio tuve que consolarme con mirar a las pantallas benditas pantallas o con rezar porque subiese al último escalón del escenario, desde donde le podía ver la cabeza, o bien que cinco personas que tenía por delante se alinearan (y ninguna levantara el p*t* móvil y/o cámara ¬¬) y entonces podía verle el cuerpo entero (esa alineación sólo ocurrió un par de veces en todo el concierto. Ains v_v).
Acompañada por una banda íntegramente femenina formada por más de 15 miembros (a cual más buena, en todos los sentidos... ARRRR), Beyoncé presentó un espectáculo de una simplicidad sorprendente, donde la principal atracción era su propio cuerpo (Y qué cuerpo... :FFF). Ni naves espaciales, ni cohetes: la mayor pirotecnia que se vio fueron sus espectaculares bailes (y qué bailes... :FFF). Enmarcadas en una sucesión de conjuntos brillantes y reveladores, sus tensas curvas se retorcieron, tambalearon y ondularon hasta el mareo. También hubo alarde de potencia y virtuosismo vocal en temas como "Dangerously in love", pero la cuestión primordial anoche era la carne. La de Beyoncé, claro, aunque no solamente. Hubo también bailarines que se arrancaban la camiseta, barras de stripper y coristas que se revolcaban por el suelo.
Oh yeah *_* Si es que hasta los bailarines nos ponían xDDD
Entre el multicultural público, más de 12.000 personas, pocas adolescentes, bastantes hombres y mucha entrega. Especialmente cuando Beyoncé rindió tributo al grupo que su padre le montó en 1990 y con el que ha conseguido vender buena parte de los 60 millones de discos que ha colocado en el mundo. Vestida con un body que despertaría la envidia de una vedette de Tropicana, repasó algunos de los temas más célebres de los cuatro álbumes de Destiny's Child. Desde "No, no, no", que las catapultó a la fama en 1998, hasta "Independent Woman", que se incluyó en la banda sonora de la película "Los ángeles de Charlie".
En el público había (en este orden): muchísimo yanki (nada en contra, sólo su altura ¬¬), mucho gay (especialmente en primera fila xD) y mucha bollera (fue muy bonito ese momento en el que seddy abrazaba a lazy jane, mi nofia me abrazaba a mí, y otra pareja de bollers se abrazaban a nuestro lado xDDD).
Aquí, después de hora y pico de concierto, el cerebro nos hizo masa a lazy jane y a mí y después de aplaudir en cada canción y berrear como personas normales, luego hacíamos de Osaka y Tomo en Azumanga Daioh "Bavooooo!! Bavoooo!!". Somos muy gansas, sep...
El bloque de canciones de las Destiny's estuvo muy bien, salvo por alguna canción que no conocía (aunque me recreaba en la pantalla :FFF) podíamos berrear en todas, hasta que llegó en el temido momento en el que se supone que el público tiene que cantar, y la pobre Beyoncé cantaba una frase (en un inglés cojonudo a toda ostia) y el público repetía guachu-guachu-guachuuuu xDDD Eso sí, gritando mucho, que a pulmones no nos gana ni dios xDD
No fue el único guiño cinematográfico. Sonaron acordes de la sintonía de la "Pantera Rosa", en cuyo reciente remake participó. Beyoncé no sólo hace música y anuncios. También sale en películas (la última, Dreamgirls) y quiso dejar clara su vocación de actriz con un amplio repertorio de muecas en "Flaws at all".
Dios, cuando cantó la de "Listen" casi tuve un orgasmo... Y después, cuando era obvio que sólo quedaba la de "Allá va la despedidaaaa", tuve mi momento de gloria de la noche al conseguir que todo el Palacio de los Deportes se pusiera de acuerdo y que en vez del murmullo generalizado empezasen a gritar aquello tan hispánico de "Otra! Otra!" ^^
Cerró con "Dejà vu", el tema más conocido de su último álbum, del que lleva vendidos más de 4 millones de copias en todo el mundo y que acaba de completar con una nueva versión con DVD y varios temas en castellano. Antes de terminar, eso sí, hubo tiempo para un recordatorio. Escultural y exhausta, con la melena azotada por el omnipresente ventilador, preguntó: "¿Sabéis cómo se llama mi último perfume?"
Y aunque nosotras gritamos "Nenucooooo!" la toalla con la que se limpió la barbilla se la llevó uno de la primera fila v_vU
En resumen, mi primer concierto internacional smoby fue, en dos palabras, IMPRESIONANTE.